Los conciertos de rock, como Fernando Torres y The Strokes, están sobrevalorados. Animado por las buenas críticas escritas por n. acerca de sus últimos conciertos, me siento animoso por intervenir y aportar mi opinión. “Muy buen trabajo, n.”- debería decir cualquier buen jefe tuyo, n.
Ahora es mi turno y escribiré acerca de mis últimos tres conciertos:
Comencemos con Mary Gauthier, el pasado día 15 de noviembre en El Sol, supuestamente presentando su último lanzamiento discográfico, Mercy Now (2005), algo que no podré entender. Tampoco entenderé que hubiera tan poco aforo, que fuéramos tan pocos los afortunados allí presentes, para recibir a esta gran dama de la música americana, quien todavía desgarra y canta su alma y vida en sus canciones, porciones de folk, country y rock americano. Y que dure muchos mercynows más. Como El Sol, la mejor sala de conciertos de Madrid.
Al domingo siguiente, y siendo la primera vez que pisaba la impresionante Sala Guirau del Centro Cultural de la Villa, también debutaba en serio con el jazz : Jorge Pardo, F. Pose, J. Vázquez 'Roper' y con Madeleine Peyroux Quartet, a quien iba a ver realmente, bueno a ella, no al cuarteto. Divertidos y apasionados los primeros, no puedo decir mucho más, le tocaba a ella, a Madeleine Peyroux, quién me había maravillado con su Dance me to the end of love, canción que descubrí cuando el señor Howb Gelb la pinchó en los previos de su concierto del Moby Dick. Más tarde, gracias a Mikto Kuai , aquí presente, pude poner nombre a esa voz, que recordaba a los clásicos y que me entusiasmaba tras cada escucha de su Careless Love. Confieso que, ahora que había que ponerle cara e influido por la promoción que El Corte Inglés hacía de ella, me presenté allí escéptico ése día. Y sin tabaco. No había conseguido todavía aliviar esa sensación cuando ella apareció en escena, torpe, gansa y egocéntrica, al menos yo la percibía así, se fue haciendo fuerte canción trás canción, unas propias y otras portentosas interpretaciones de los grandes, Leonard Cohen, Tom Waits, Serge Gainsbourg, entre otros. Sin embargo, y a pesar de que era noche de domingo, salí gratamente satisfecho de camino a casa. Por muchos motivos: un teatro estupendo, un escenario espectacular y bello, unas grandes y confortables butacas de cuero, mi primera vez con el Festival de Jazz de Madrid y con Jorge Pardo, un cigarro en el descanso, la buena interpretación y los buenos temas de esta muchacha, que todavía le faltan discos para ser una gran dama, y su banda; es decir, el bienestar y la satisfacción de escuchar música estupenda alejado de empujones, incomodidades, cabezones, humos y calores.
Y cerrando este ciclo de conciertos, de actividad y de esfuerzos, bueno, entre medias también leía El País, el pasado sábado día 2 de diciembre, mis adorados Yo la tengo, en La Riviera. No habiendo muchos público, siendo uno de los grupos a los que más admiro y respeto, teniendo el currículo de sus siempre muy buenos conciertos, presentando, éstos sí, su último disco I Am Not Afraid of You and I Will Beat Your Ass,…, todo se presentaba de cara, pero sí, se jodió. Lamentablemente no puedo decir que no me gustara el concierto, ni que me gustara, pero es que no me enteré del mismo. Entre otros motivos, debido a los empujones, incomodidades, cabezones, humos y calores. Luego me dijeron que había sido un buen concierto. Lo que yo decía, mis respetos a estos señores de Nueva Yersey.
Espero no haber aburrido a nadie, pero el copy paste es lo que tiene, que te confunde, en lo más amplio de la palabra. Creo que esto lo resume mejor un refrán, sin embargo, no lo recuerdo. Tampoco creo que consiguiera acordarme. Ni siquiera que lo sepa.
Los detalles personales me los ahorro, que es éste un blog serio y decente. Y yo también.
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